domingo, 20 de marzo de 2011

El vuelo de la cigüeña

Estaba dormida en el tejado cuando escuchó un fuerte crotoreo (sonido de las cigüeñas) de sus compañeras. Sorprendida estiró sus alas y se desperezó. No se imaginaba el camino que le esperaba.

- Tienes que marchar a Pekín. Allí te encontraras con doña Natividad que te va a dar a la pequeña. A cambio, como siempre, le entregas estos lingotes. 

Facunda odiaba cuando partía tan lejos a recoger a los niños sin hogar. Siempre repetía que cerca de la catedral en la que vivían había muchos en desamparo. Pero la madre superiora la hacía entrar en razón rápidamente:

- Esos ya son chavales, por más que lo intentes no caben en tu bolsa. A volar y punto en pico.

Paradójico destino de los pequeños que llegan al mundo y no saben lo que es una familia. Paradójico que los seres que desean tener un hij@ deban pasar por mil trámites burocráticos para dar refugio a quién lo necesita.
Para Antonio y Ana todo empezó de casualidad. Un favor a una chica que acababa de dar a luz y no disponía de recursos económicos. Comenzaron a cuidar del bebe como si fuera suyo y les entró el gusanillo de la acogida. Ayudar a los menores mientras se regulariza la situación familiar. Ahora son padres de acogida de una niña de 7 años (guineana y albina) y de un recién nacido. Saben que dejaran su hogar en unos meses y no les importa. Consientes de que el ser humano es social por naturaleza ceden su espacio para proporcionarles un entorno familiar y que no les falte amor.

Sin embargo para Aurora fue diferente. Le costó 3 años y 3000 euros (sólo en papeleo) abrazar a su pequeña. Tras superar varias pruebas viajó hasta el continente asiático para recogerla. Era un bebe enfermo. La fiebre dejó paso a una deficiencia psíquica de la que ya le habían advertido. Eso no lo consideró un obstáculo porque su sueño se convertía en realidad. Nunca se arrepentirá de haberlo hecho.

En España hay más de 40.000 niños en centros de acogida. La mayoría acaba convirtiéndose en niño de pasarela; por la edad, por tener un hermano, por alguna deficiencia... incluso por el miedo de los españoles de adoptar y luego perder la custodia. Por ello de las más de 3.500 adopciones que se realizan en nuestro país, sólo 500 niños tienen procedencia española. (Cifras aproximadas según los últimos informes publicados. Además se tiene en cuenta que el último año ha sufrido un descenso debido a la crisis económica).

Los adoptantes pasan un test, un curso de idoneidad, que alguno describe como una radiografía psicológica, social y económica. Si este test lo pasara cada pareja antes de llamar a la cigüeña probablemente no existirían esos millones de menores abandonados en el mundo, la cifra se reduciría de manera descomunal.
Al superar el test de idoneidad los adoptantes deben reunir una suma de dinero para "comprar" a su hijo. Que si ese dinero va destinado integramente a los gastos ocasionados hasta que llega la cigüeña se acepta. Valga por gastos: comida, alojamiento, ropa, cuidados... Si el desembolso supera desproporcionadamente ese gasto nos vemos envueltos en el fraude.

Conclusión: Vendita paciencia de los padres adoptantes y de acogida. Su deseo de formar una familia debería ser el pilar fundamental para dar por válido su curso de idoneidad. Lástima aquellas parejas que no son fértiles y no disponen del capital necesario para la adopción y luego el mantenimiento de la misma.

miércoles, 16 de marzo de 2011

49 millones de personas con dolores en España

"Llevo 5 meses con las manos hinchadas, no me puedo ni peinar. El traumatolo me recibe dentro de 5 meses", "Tenía el menisco roto y mientras esperaba para la operación se me rompió el otro (por cargar con el peso del cuerpo él solito)", "Pedí hora para el especialista pero ya no hay hueco para este año. Me piden que vuelva a solicitarla cuando abran el calendario para las citas de 2012."... Estos son sólo unos ejemplos de los millones, me atrevo a dar esa cifra, de personas que viven esta situación. La saturación de la sanidad es cada día más patente en nuestro país.

Lo primero que sienten estos "no pacientes" es impotencia. Seguramente llevaban días aguantando el dolor para evitar las colas en el centro de salud pero ya era insoportable y acudieron al médico. Lo siguiente, el segundo paso de este complicado proceso se divide en varias opciones:
  1. Esperar tu turno como en el mercado (Imprescindible paciencia y calmantes para dormir)
  2. Acudir a urgencias y exágerar el dolor (exágerarlo lo máximo posible para que la enfermera no se enfade porque trabaja "más de lo que debería")
  3. Pagar la tasa de una consulta privada (en la mayoría de los casos te encontrarás con el mismo médico de la sanidad pública que hace doblete)
La primera opción es inviable en la mayoría de los casos ya que las consecuencias de la espera provocan complicaciones = perder dos meniscos por el precio de uno. La segunda opción parece la más razonable y todos sabemos que es la más utilizada. Ello complica las cosas porque las salas de espera se llenan en ocasiones como si estuvieran poniendo la final de la Eurocopa en la televisión del hospital. Enfermos fanáticos por ser los primeros en entrar, por llegar a puerta cuanto antes. En este fanatismo se mezclan patologías de gravedad con simples resfriados y es cuando las enfermeras se enfadan por el mal uso del servicio.
La tercera opción es un privilegio para una pequeña proporción de la población. Si pudiéramos pagar a los especialistas nadie aguantaría meses para ser operado. Lo peor de la tercera opción es la paradoja: pago la sanidad pública con mis impuestos y pago el servicio privado de mi bolsillo.

¿Por qué pagamos impuestos si no obtenemos beneficios?

 Los impuestos de los españoles no son suficientes para satisfacer las necesidades de los 49 millones de habitantes que residen en este paraíso. El sistema sanitario arrastra un déficit que ronda los 10.000 millones de euros. Esto ha sacado a la palestra en debate del copago sanitario, el cual rechazan tajantemente  nuestros políticos. 
Leire Pajín, Ministra de sanidad: "La postura del Gobierno sobre este asunto no es una postura dogmática, ni siquiera ideológica. Es una postura después de haber estudiado el modelo sanitario de otros países europeos y de ver si merece la pena o no introducir una medida que recaiga directamente en el bolsillo de los ciudadanos en función, no ya de su renta, sino de si necesitan más la sanidad o no. Y en eso no estoy de acuerdo por varias razones: primero, porque no ahorra lo suficiente para garantizar la sostenibilidad del sistema. En segundo lugar, porque puede producir un riesgo serio de inequidad, ya que un ciudadano que tenga que pagarse una radiografía y que tenga problemas económicos puede dejar de hacérsela"

IU-ICV-ERC: "afectarían gravemente a principios básicos del derecho constitucional a la salud, como la accesibilidad, la universalidad y la gratuidad de la atención integral de salud sin aportar, a cambio, avances significativos en la organización de la demanda y mucho menos en la financiación del Sistema Nacional de Salud"

Sin embargo en países como Francia o Alemania existe el copago. Los pacientes deben pagar un euro cada vez que asisten al centro de salud. Con ello consiguen que la sanidad se tome en serio, responsabilidad en los usuarios. El gran problema de España es el aumento demográfico y el envejecimiento de la población.Además de las mentiras de los políticos. Aseguran que no desean privatizar la sanidad, que el copago no es la respuesta, sin embargo disponemos de sanidad privada y sería más rentable pagar un euro cada vez que vamos al médico.

Conclusión: Lo que habría que engordar es la partida presupuestaria de la sanidad y evitar las partidas extraordinarias destinadas a flyers propagandísticos.

domingo, 13 de marzo de 2011

Ha muerto, ha muerto

Mientras unos lloran por el fin del desenfreno y la lujuria otros se preparan para empezar la vida loca. Colgar los hábitos no es fácil cuando llevas la marca de la pasión fijada en la piel. Por eso son muchos los que hacen las maletas y visitan otros rincones para seguir disfrutando del carnaval. Una fiesta que nos permite tapar nuestras deficiencias con ropajes de lujo y presumir durante unas horas de ser autenticas figuras de la nobleza. Pero no todos buscan apartarse de su habitual ropaje y aumentan su personalidad con piezas estridentes que jamás se atreverían a portar.
En estos días se ha enterrado la sardina en la mayoría de ciudades. Se quema el pescadito y todos lloran la perdida de su amado don carná. Las mascaritas tendrán que esperar otro año para salir a la calle con mil colores que iluminen su andar. Por eso lo fácil sería atreverse a llevar un disfraz todo el año, como hacen las estrellas de la música o las estrellas de la pasarela. Son claros los ejemplos.


Seguro que con estas piezas el maestro Carlos Arguiñano nos preparaba un plato suculento. Son dos diseños de alto standing que bien podrían ser un chuletón con los mejores huevos españoles. Sin duda el premio a mejor vestuario. Qué envidia, qué pena que no me atreva a salir así a la calle. Me imagino cada mañana un ingrediente diferente y se me estremece el corazón. Esa es la única razón que me entristece al recordar que ha muerto, ha muerto. El pobre payaso ha muerto.

Pero el espíritu carnavalero continúa en nuestros corazones y de vez en vez se hace notar. Cuando te pintes los labios de rojo=peligro, cuando imites a los famosos=peligro, cuando te pongas guantes de colores=peligro, cuando sientas el desenfreno= peligro, cuando te aceche el vicio= peligro.......
Conclusión: vivimos constantemente alejados de doña cuaresma.